Gestor de punto de venta: el eslabón que marca la diferencia
A menudo, cuando visitamos tiendas con responsables de marca, vivimos la misma escena. Recorremos los pasillos, observamos los expositores y siempre aparece esa frase que todos hemos dicho alguna vez: “Aquí hay algo que no debería estar así”. Puede ser un PLV sin montar, un expositor mal colocado o un producto fuera de sitio. Son detalles pequeños que, cuando se suman, se convierten en un problema serio de visibilidad, ejecución y ventas. Y justo ahí aparece una figura que cada día será más determinante: el gestor de punto de venta.
Qué está pasando hoy en las tiendas;
El retail se mueve a un ritmo frenético. Cada vez hay más referencias, más promociones y más lanzamientos compitiendo por el mismo espacio. En este escenario, las marcas luchan no solo por vender, sino por estar visibles, ordenadas y correctamente ejecutadas. Sin embargo, lo que se diseña en la oficina no siempre llega al lineal como debería. A veces falta tiempo en los equipos de tienda, otras la información no se transmite bien o los montajes simplemente se quedan a medias. El resultado para la marca es claro: pérdida de control, pérdida de visibilidad y pérdida de ventas.
Por qué el gestor de punto de venta se ha vuelto imprescindible;
Un gestor de punto de venta no es un reponedor ni un comercial. Es los ojos de la marca dentro de cada tienda. Es quien convierte una estrategia teórica en una ejecución real, quien se asegura de que los materiales estén colocados y quien detecta oportunidades que desde una oficina pasan desapercibidas. Su trabajo se basa en tres áreas clave:
Ejecución en tienda, donde se monta el PLV, se revisan planogramas, se supervisa el facing, se asegura la señalización y se verifica que las promociones tengan presencia real.
Auditoría y reporte, aportando fotos, datos, precios, roturas, incidencias y análisis de competencia para que la marca sepa exactamente qué está ocurriendo.
Activación comercial, detectando mejoras, hablando con responsables de sección, negociando microacciones y captando insights valiosos. La diferencia entre tener esta figura o no tenerla es muy simple: o controlas la ejecución, o la ejecución termina controlándote a ti.
Beneficios directos para la marca
Un ejemplo lo deja claro. Acompañando a una marca nacional con más de 300 puntos de venta, comprobamos que más del 30% de su PLV no estaba montado. Nadie lo sabía. Un gestor de punto de venta elimina esa falta de visibilidad y convierte lo que antes era intuición en información útil. Los beneficios son evidentes: más ventas porque las promociones están donde deben; más control del gasto promocional al asegurarse de que el material se usa; más velocidad para corregir errores gracias al reporte inmediato; más coherencia de marca en todos los puntos de venta; y más oportunidades captadas en tienda porque alguien está allí para verlas. Es la diferencia entre improvisar o pilotar con instrumentos.
La visión TRAYCCO
En TRAYCCO conocemos el punto de venta desde dentro. Hemos trabajado durante años en impresión, logística, montajes, auditorías, visitas en campo y distribución de publicidad. Con toda esa experiencia acumulada, el paso natural era crear un servicio que integrara todo eso en una propuesta más completa. Así nace nuestra división de gestores de punto de venta, un modelo que combina ejecución, auditoría y reporting para marcas que necesitan presencia impecable en cientos o miles de tiendas. No es un proyecto en papel: ya estamos trabajando con empresas que han entendido que la verdadera batalla se libra en el metro cuadrado, donde cada detalle cuenta. Ese es nuestro terreno.
Las marcas que destacan no son las que más hablan del punto de venta, sino las que mejor lo cuidan. Y ese cuidado empieza por tener a alguien que observe, actúe y reporte. Un gestor de punto de venta no es un gasto, es un seguro. El que garantiza que tu estrategia no se pierde entre estanterías, montajes incompletos o promociones invisibles.